UN REPORTAGE EN SUISSE DE MIRIAM TELMA JEMIO (LA REGION).
“Capturar CO2 a gran escala es posible. Es factible y se puede ampliar”. Esas son las lecciones aprendidas en un año de funcionamiento de la primera planta comercial en el mundo que captura de dióxido de carbono, según Louise Charles, responsable de Comunicación de la empresa suiza Climeworks.
Con la instalación de su planta en un poblado de Zúrich, en mayo de 2017, la suiza Climeworks ha alcanzado su objetivo de usar a gran escala nueva tecnología para capturar el CO2 del aire y, además, ser el primer negocio en el mundo de vender dióxido de carbono para la producción de hortalizas y verduras.
“Hay muchas cosas que se pueden hacer con el CO2 en la industria alimentaria, en bebidas gaseosas o en los campos agrícolas. Así como para crear combustibles renovables y también se lo puede bombear bajo la tierra para almacenarlo y quitarlo de la atmósfera”, explica Charles.
¿Y cómo funciona? Lo que ha hecho Climeworks es llevar a gran escala lo que se hace en pequeños cosas como el respirar, dice Louise Charles. No parece complejo. Los colectores capturan el CO2 del aire y lo almacenan en una especie de globo, que cuando se llena envía el gas, por unos tubos, al invernadero.
La infraestructura está instalada en 90 metros cuadrados, sobre la planta recicladora de residuos sólidos. Se trata de Zweckverband Kehrichtverwertung Zürcher Oberland (KEZO), la empresa municipal de eliminación de residuos que suministra la energía necesaria para operar la planta de captura directa de aire (DAC) de Climeworks.
Los 18 colectores de dióxido de carbono, instalados en tres filas de seis, usan un filtro absorbente dentro del colector de aire, luego almacena en una especie de globo de gran tamaño el CO2 y, con calor que suministra KEZO, se lo libera por unos ductos que conducen hasta el invernadero, que está a menos de 10 minutos caminando.
Gebrüder Meier Primanatura AG es el cliente que usa el CO2 como un valioso fertilizante para aumentar el rendimiento el crecimiento de las verduras en el invernadero que tiene más de 37 mil metros cuadrados. “El gas permite que las plantas crezcan hasta un 20% más rápido”, dice Charles.
La planta tiene la capacidad de capturar 900 toneladas métricas dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero, el equivalente a la emisión de 200 vehículos por año.
Ambiciosa proyección en marcha
Climeworks se ha puesto como misión capturar el 1% de las emisiones de carbono globales para 2025, para lograr ese ambicioso objetivo necesitaría tener funcionando a 750.000 plantas como la de Zúrich.
“Tenemos proyectado construir otras plantas de este tamaño y más grandes para seguir capturando el CO”, adelanta la responsable de comunicación de Climeworks.
La compañía, fundada en 2009 por Jan Wurzbacher y Christoph Gebald, busca reducir los costos de fabricación de las plantas DAC, de 7 a 2 millones de dólares y, a la par, captar muchos más clientes.
No han dejado de trabajar en lograr ese objetivo. Este mes, anunciaron que están “cada vez más cerca de conseguirlo”, porque lograron recaudar más de 30 millones de dólares de un grupo de inversores.
Estos fondos se utilizarán para industrializar aún más nuestra tecnología de captura directa de aire (DAC), reducir significativamente sus costos y prepararse para la producción en masa, señala un boletín de la compañía suiza que, hasta la fecha, ha construido nueve plantas de captura directa de aire en seis países. Las que marcaron un hito son la planta de Zúrich inaugurada en mayo de 2017, y la primera planta DAC del mundo en combinación con el secuestro subterráneo de CO2 en Islandia, que funciona desde noviembre del pasado año.
Climeworks se fundó a fines de 2009 como una empresa derivada de ETH Zúrich y desde entonces ha desarrollado su tecnología patentada desde el laboratorio hasta la escala industrial. Desde 2017, duplicaron su personal, ahora cuentan con 60 empleados.
Climeworks es miembro fundador de la Alianza Mundial para Soluciones Eficientes. La Alianza es una iniciativa de la Fundación Solar Impulse, creada durante la COP23 y presidida por Bertrand Piccard. Reúne a los principales actores involucrados en el desarrollo, financiamiento y promoción de productos, servicios, procesos y tecnologías que protegen el medio ambiente de manera rentable.
La Alianza los presentará a los gobiernos, empresas e instituciones en la próxima COP24 en Polonia, en diciembre de este año, con el objetivo de impulsar a que los países se fijen metas más ambiciosas para cumplir con el Acuerdo de París, que busca mantener la temperatura global por debajo de los 2 ºC.
Los expertos sobre cambio climático destacan el desarrollo de este tipo de tecnologías pero remarcan que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero debe ser la prioridad.